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A pocos días de que se cumpla el noveno aniversario de la muerte de Juan Gabriel, el lanzamiento de “Nunca es tarde”, sencillo póstumo incluido en el álbum Eterno, revive una historia poco conocida del “Divo de Juárez”: el pleito legal que lo dejó sin grabar nuevas canciones durante siete años. En su carrera, Alberto Aguilera Valadez acumuló más de 1,800 composiciones y ventas superiores a los 150 millones de copias, pero gran parte de sus éxitos como No tengo dinero, Siempre en mi mente o En esta primavera estuvieron a punto de quedar fuera de su repertorio.
En los inicios de su trayectoria, Juan Gabriel firmó un contrato con RCA Víctor —posteriormente BMG Ariola— en el que cedió los derechos de autor de su obra, una práctica común en la industria discográfica de los años 70. Sin experiencia legal y motivado por grabar su primer disco, el cantautor aceptó condiciones que más tarde le costarían caro. Tras 15 años de colaboración, exigió el reconocimiento de su autoría y un pago justo de regalías, lo que derivó en una disputa judicial con la disquera entre 1986 y 1994.
Durante ese tiempo, Juan Gabriel se negó a grabar material nuevo y se enfocó en giras y presentaciones en vivo. Finalmente, logró un acuerdo que le devolvió el control de sus composiciones y sus regalías, abriendo camino para que otros artistas reclamaran sus derechos. Con el conflicto resuelto, regresó al estudio para grabar Gracias por esperar, álbum que le dio grandes éxitos como Pero qué necesidad y Vienes o voy, además de nominaciones a los Premios Lo Nuestro y Grammy.