Madonna enfrenta una nueva demanda colectiva de tres fanáticos debido a su llegada tardía a un concierto en Washington D. C., alegando publicidad falsa y prácticas comerciales engañosas.
Esta demanda se suma a la ya presentada por dos fans en Nueva York por un incidente similar. A pesar de los retrasos, los elogios por la calidad del espectáculo son generalizados, aunque algunos expresan molestia por el uso de audio grabado durante el show.