El cantante R. Kelly, actualmente encarcelado por delitos de abuso sexual de menores, extorsión y tráfico sexual, acusó a funcionarios penitenciarios de conspirar para matarlo. Según su defensa, líderes supremacistas blancos fueron supuestamente involucrados en el plan, y el artista habría sufrido una sobredosis deliberada de medicación en prisión. Sin embargo, una jueza federal rechazó su solicitud de cumplir su condena en arresto domiciliario, argumentando falta de pruebas y jurisdicción.
La jueza Martha M. Pacold desestimó la petición de emergencia presentada por Kelly, quien cumple simultáneamente condenas de 20 y 30 años en cárceles federales de Chicago y Nueva York. Pacold concluyó que las acusaciones del cantante no cuentan con fundamento legal suficiente, calificando sus argumentos como una “conspiración fantasiosa” sin evidencia verificable.
R. Kelly, conocido por éxitos como I Believe I Can Fly, permanece en prisión en Carolina del Norte, mientras continúa enfrentando apelaciones fallidas. A pesar de los esfuerzos legales y la polémica en torno a su caso, las acusaciones de conspiración no han influido en el curso de su sentencia.